Varias parejas con niños y perra, la casa espectacular, espaciosa, gran salón con varios puntos donde disfrutar del espacio la comunicación y las buenas vistas. Un prado maravilloso rodeando la casa, jardín con barbacoa donde los niños han podido estar a su aire sin peligros. El dueño muy amable, incluso nos trajo setas para el aperitivo y nos explicó y acompañó a una quesería cercana, muy colaborador y simpático. Fin de semana inmejorable. Trato, paraje, estancia, todo genal.
Estuvo en Octubre 2017, con amigos